Nos negamos a que oír la palabra «mudanza» sea sinónimo de caos. En Mudanzas Molina llevamos muchos años trabajando el las mudanzas de cientos de familia, lo que nos ha ayudado a saber cuales son las claves para que los nervios y el malestar salgan de la ecuación.
Si tienes previsto cambiarte de casa, deja atrás el estrés. Si eres capaz de planificarla con tiempo y seguir estos sencillos consejos, recordaras la mudanza como algo positivo. Es más, será el comienzo de un cambio a mejor.
1. Planificación, el primer paso siempre.
Todos los miembros de la familia tienen que ser conscientes de que la mudanza no comienza el día que empaquetamos y nos vamos de casa. Las semanas previas son imprescindibles para decidir sobre cada una de las habitaciones que cosas nos acompañan en nuestra nueva vida y cuales se quedan atrás. Es un momento perfecto para hacer limpieza y desprenderte de lo que ya no necesitas. Tómate tu tiempo para reflexionar sobre lo que merece quedarse o no. Y no solo tires, sino que dona aquello que puede tener una segunda vida con otra familia.
¡Cuando sólo dejes lo imprescindible todo será mucho más sencillo!
2. Cada miembro de la familia, responsable de sus cajas.
Puede parecer una tontería, pero no lo es. Implicar a cada persona en el embalaje, traslado e instalación de sus enseres hace todo mucho más sencillo. Divídelo todo en cajas diferentes, diferenciado por estancias. Las habitaciones compartidas como salón, cocina y baño son responsabilidad de todos, pero cada dormitorio responsabilidad de cada individuo. Cuando lleguéis a la nueva casa todo será mucho más sencillo.
3. Ojo con el embalaje
Las cajas de cartón son la compañía imprescindible de cualquier mudanza, pero… ¡ojo con la calidad de las mismas! Está muy bien reciclar y reutilizar, pero en ocasiones si pierden la consistencia se pueden romper y deteriorar los objetos que van dentro.
Elige bien las cajas y los tamaños de las mismas para que en la medida de lo posible se adapten a ellos. Si además le aportamos un extra de embalaje con papel o con cualquier otro tipo de de plástico mejor que mejor. Es un error muy común preferir cajas grandes porque así llevaremos menos cajas. Lo ideal es que los objetos delicados tengan su propio espacio y vayan más protegidos.
4. Deja las maletas para lo que vayas a necesitar en el día.
Una mudanza es un proceso que ocupa varios días. No termina llegando a la nueva casa, sino que necesitamos un tiempo para que todo esté en su sitio. Por ello te recomendamos que en las maletas prepares lo imprescindible. Piensa que te vas de viaje largo y mete en ellas la ropa para los próximos días, artículos de higiene, cargadores, documentación y un kit básico de sábanas y toallas. Así cuando llegues a la nueva casa evitarás andar escarbando en las diferentes cajas.
5. Agrupa por habitación y por tipo de objetos.
Cuando llegues a la nueva casa, lo más práctico es que empieces a desembalar habitación por habitación (siendo la cocina y el baño las primeras). Nuestro consejo es que empaquetes objetos parecidos juntos y no mezcles en la misma caja los objetos de diferentes habitaciones. Es mejor que las cajas no estén a rebosar antes que meter objetos que no pertenezcan a esa habitación. Por ejemplo, los cubiertos, agrupa tenedores, cucharas y cuchillos con cinta aislante y mételos juntos en una caja. Cacerolas por un lado y tapaderas por otro pero en la misma caja…